viernes, 15 de noviembre de 2013

Clases de cocina en Palolem

Cuando estaba paseando por las ruinas de Hampi con mi nueva amiga Yishan, ella me dijo que aunque esta era su segunda vez ahí, muchas de las cosas que veía se sentían distintas y nuevas porque mis ojos le mostraban detalles que antes no había visto. Por eso ella pensaba que viajar con otra persona es enriquecedor. Agradecí en ese momento su compañía. Primero, porque me llevó de la mano a mi primer destino en India fuera de Mysore, mostrándome los secretos de cómo moverse por este país y segundo, porque ella también me revelaba a través de sus ojos detalles que hubieran pasado desapercibidos ante los míos.

David, el chico que conocimos a las 3 a.m. en el medio de la nada, es alemán y está de viaje desde hace casi tres meses. Ha recorrido el sudeste asiático y su meta es en las próximas dos semanas recorrer el máximo de ciudades de India pues pronto debe regresar a su país. Él lleva una velocidad de viaje que ni Yishan y yo llevamos, pero su energía me contagió y sus ojos me mostraron detalles de Palolem que no había visto en las pocas horas que llevábamos ahí.

Uno de esos detalles fue el anuncio de clases de cocina. Él, muy entusiasmado, me contó que se iba a apuntar y yo decidí que era el momento de darle oportunidad a mis virtudes culinarias, las cuales a decir verdad no son las mejores.

Así que a las 6 p.m., después del atardecer, estábamos en la cocina de Rahul, un chef indio que nos enseñó a hacer: Tangadi chicken (pollo en salsa tangadi), chicken tikamls, fish goan curry, chapatii (tortilla de trigo) y stuffed paratha (la misma tortilla de trigo pero rellena o de queso o de papa, uno de mis platillos favoritos aquí). A excepción del chapatti, creo que ninguno de esos platillos los podré volver a hacer, así que ni piensen autoinvitarme como chef india a sus casas.

La cocina del sur de India lleva tantas especies que fue imposible para mí seguir el ritmo de la clase, la cual iba además a 1000 por hora. Así que cerveza en mano, me dediqué a disfrutar de cómo Rahul nos demostraba su arte, pues más que una clase fue una demostración, no habían mucho espacio para la cocina individual.

Compartimos la clase con una pareja de ingleses, quienes tienen experiencia en la cocina, cada vez que Rahul pedía alguna especie ellos podían distinguirla entre la decena de colores que tenía la caja, para mí eso era misión imposible. Además, había una señora francesa que se involucró poco y decidió grabar con su cámara la sesión. David era el más entusiasmado y fue quien se encargó de la mayoría de la parte de la cocina de nuestro grupo. Yo hice mi primer chapatti y con eso me di por satisfecha.


Así que David me mostró otra actividad por hacer en Palolem, no sólo ver los atardeceres, sino ser parte de la alquimia culinaria del sur de India. Vamos a ver qué más hay en la programación de David para estos días. Él insiste en hacer kayak hacia una de las isletas, yo no sé si quiero más bien un 'lazy day' como dice mi amiga Yishan.
Menú del día
David listo para arrancar.



Yo también lista!



Los mensajes de Rahul.

Ingredientes listos.

Algunas especias.

Cervecita para acompañar el proceso.

Rahul pone orden con una de las salsas.



Chapattis!!!

Mi primer chapati.

Todos amasando.

Por supuesto lo quemé.

Uy. 
Y a comer las delicias que cocinamos.

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