jueves, 3 de octubre de 2013

Mysore is a soft landing into India (Mysore es un suave aterrizaje en India)

Este es mi tercer día en Mysore. Luego de pasar el domingo en Bangalore, el lunes salimos por la mañana para acá. El camino se nos hizo largo, porque resulta que la Primera Dama estaba de visita en Mysore. Entonces algunas carreteras estaban cerradas, tuvimos que tomar vías alternativas y eso nos atrasó el viaje.

La ruta estuvo llena de verde. A veces pensaba que podía ser una carretera de Guanacaste o de Puerto Viejo. Los colores de este país y su lluvia me teletransportan por microsegundos a mi país. Eso sí, manejar aquí creo que es un poco más arriesgado. Cada quien toma la carretera como quiere y puede, si hay que adelantar por el andén en la autopista se hace, también se esquivan vacas (aunque esto también suele pasar en Costa Rica). Lo más impresionante son los adelantamientos, a nadie le importa si vienen coches de frente, me imagino que se asume que el otro bajará la velocidad o se moverá a un costado, porque se lanzan a la aventura sin importar regla alguna. De hecho, alguna carretera de dos carriles, por momentos parecía de una sola vía, porque todo el mundo empieza a tocar la bocina, como si con eso se hicieran invisibles y se lanzan a adelantar.

Adelantamientos en carretera de India.
Luego de unas cuatro horas llegamos a Mysore, almorzamos y nos fuimos de visita a la finca o granja de cabras. Llegamos aquí y de nuevo esa sensación de zona tropical me entusiasmó. Las palmeras, el sol, hasta los zancudos los disfruté. Me presentaron a todos los animales de la finca, entre ellos la vaca con joroba de la India que ahora también se cría en Brasil, las cabras, el mono, los chompipes y los caballos. Ramana ama los animales, a todos los saluda abraza y acaricia.

En casa, Lalilha, la señora encargada de los quehaceres sólo habla kannada. Confieso, que hasta hace tres días no sabía que existía este idioma. Lalilha sí sabía del español. Como no hay ni medio parecido entre nuestros idiomas, nos hemos inventado un idioma intermedio, chapuceando con el kannada, el inglés y el español... nos contamos de todo, lo más impresionante es que creo que nos entendemos.

Mis escenas cotidianas son de ella con su sari y yo con mis patialas (pantalones estilo indio) recién comprados, pero las dos siempre descalzas, conversando sobre qué cocinar o qué vamos a hacer durante el día. Ayer estaba antojada al almuerzo de los chapatis del desayuno, y el idioma universal de los antojos logró que me entendiera. En segundos tenía uno, recién hecho, para acompañar el arroz y frijoles del almuerzo. Me hice un gallito de arroz y frijoles con el chapati (por supuesto este era spicy). Además, me contó que tuvo un accidente en la moto, iba con su hijo, o su hermana, o su hijo, o con su hijo y su hermana, o sea los tres en la moto, creo, pero puede ser, porque aquí van de tres en tres o cuatro en cuatro en las vespas. La cosa es que me lo contó todo en kannada. Bueno, un relato impresionante, me mostró sus heridas y hasta nos reímos de la historia. Las palabras literalmente no las puedo traducir, pero en el fondo, la humanidad no es tan complicada y lo básico supera los idiomas.

Tenemos una cita para el domingo. Me va a llevar a un templo que queda cerca de su casa y luego iremos a su casa a comer. Además me va a enseñar a cocinar algo, creo que los chapatis, esa parte no me quedó clara. Yo espero que lo de la cita sí que me haya quedado claro, y no me quede vestida y alboratada esperando por el paseo que prometieron en idioma kannada.

Definitivamente esta ciudad debe ser un oasis para la India tan compleja que se suele conocer fuera de aquí, se sale un poco del estereotipo, de lo cual es lo que más se habla. El barrio en el que estoy es el barrio yogui. Aquí están los shalas famosos y otros no tan famosos. Las calles se llenan a las 4 a.m. de caminantes con sus mats bajo el hombro. Muchas de las casas me hacen pensar que  las personas por aquí pertenecen a la clase media, aunque hay de todo. Al lado del shala en donde hago yoga está el templo hare krishna, a veces competimos con los cantos, pues empezamos juntos, pero no revueltos, a cantar antes de que salga el sol.

Las direcciones también me recuerdan a las de Costa Rica. Del 'puesto de agua de pipa' son 200 metros para llegar a la casa donde me hospedo. Pero lo del puesto de agua de pipa es de conocimiento popular, de hecho está colocado en los mapas que nos dan a los estudiantes nuevos en el barrio. Por favor, que el señor de las pipas no se mueva de ahí mientras yo esté aquí que luego no me encuentro. También el 'café de Anu' es una referencia para dar direcciones, o la 'casa del doctor'. Así que rápidamente me ubiqué, no hay cuadras, todo es a pura intuición, pero creo que esa parte de mi cerebro está bastante entrenada así que lo estoy logrando muy bien.

Por el momento Mysore, o el barrio de Mysore en el que estoy, se ve tranquilo. Tiene algunos problemillas de seguridad con las mujeres que luego contaré. Pero con precaución se puede salir a caminar o a hacer la compra. Algunos viajeros en sus blogs han puesto que este tipo de ciudades no son la verdadera India. Entiendo que se refieren que una ciudad como ésta es más tranquila que otras tan caóticas de este país. Pero es que salgo de casa y ahí están los colores de India, la comida, los idiomas. Solemos generalizar sobre los países y quedarnos con esas generalizaciones sin ir más allá. Yo creo que decir que un país es 'x' o 'y' es muy arriesgado, especialmente cuando se trata de países del tamaño de este que me hospeda hace ya cinco días. Esto también es India.

Sin embargo, es verdad que Mysore es tranquila comparada con otras ciudades, pero es una gran idea aterrizar primero aquí para visitar India, permite ir poco a poco entrando en este país tan complejo y grande. Como me dijo Ramana: Mysore is a soft landing into India. Y hasta ahora así ha sido.

Saliendo de Bangalore

Saliendo de Bangalore

Saliendo de Bangalore

En carretera hacia Mysore


Paisaje en la carretera

En la finca. Palmeras,.


Un chompipe, o pavo, de la India.

Toros de la India.

Un monito rescatado.

Mi primer agua de pipa en un año, qué delicia!!! 
Vaca con joroba de la India.

Cabra de orejas largas.

El sol del trópico.



A estos toros no les gustan las mujeres, de hecho me gruñía mientras le tomaba fotos.

El atardecer.

El atardecer.






Un día en los bosques tropicales de Mysore.



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