El
domingo pasado nos fuimos de excursión. Teníamos como meta visitar
tres templos en Karnataka, el estado en donde se encuentra Mysore.
Empezamos el día a las 530 a.m., y así no perder la costumbre de
nuestras madrugadas para practicar yoga. Este fue nuestro último
viaje juntos, pues al día siguiente finalizamos el entrenamiento de
profesores de yoga.
La
primera parada fue en búsqueda de un té chai y algunos pancitos y
dulces para engañar el estómago mientras desayunábamos
formalmente. Luego de unas tres horas de viaje llegamos. Esta vez
alquilamos dos coches con chofer, lo cual nos ahorró el terrible
sufrimiento del último viaje en grupo, en donde sólo teníamos 20
minutos para entrar a cada sitio. Esta vez podíamos disfrutar más
de cada templo.
El
primer templo que visitamos fue el Chennakesava. Está dedicado al
dios Vishnú. Este templo fue construido alrededor del año 1117 y
se tardaron 100 años en tenerlo listo. Decidimos pagarle a un guía
que nos diera información del templo, lo cual estuvo bien porque nos
reveló algunos detalles curiosos. Sólo nos cobró 250 rupees, que
son como 4 dólares.
Por
lo general, las entradas de los templos hindúes tienen una pirámide
que marca la entrada al templo. Esto se llama gopuram,
se
colocaban en los templos para que los feligreses cuando hacían sus
peregrinaciones pudieran ver a lo lejos el templo y así calcular la
dirección y más o menos la distancia a la que estaban.
Están decorados con estatuas alusivas a deidades y si se fijan en el
de este templo, tiene unos cuernos a cada lado de la cúspide. Estos
cuernos remiten a la figura de la vaca, animal sagrado. La idea es
que cuando los peregrinos atraviesan el gopuram
sean purificados antes de entrar al templo.
Cada
pedacito de este templo tiene una figura que cuenta una historia.
Hay 645 figuras de elefantes y se supone que cada una es distinta.
Además, constantemente se ven imágenes de garudas,
águilas
en sánscrito. El águila es el vehículo del dios Vishnú. Los
dioses hindués suelen tener distintos avatares para su
representación, pero siempre tienen el mismo vehículo. Este
detalle facilita reconocer a los dioses, porque por lo general la
representación física de los dioses cambia de templo en templo,
pero su vehículo no. Por ejemplo así como para Vishnú en vehículo
es el águila, para Ganesh
el vehículo es una rata.
En
el fondo del templo está la figura de Vishnú vestido de mujer, este
es su avatar en este templo. Resulta que este dios tiene la facultad
de transformarse en mujer e incluso algunas historias lo ligan al
dios Shiva, de cuyo enlace hasta se supone hubo descendientes. Este
pequeño gran detalle me llamó mucho la atención, en un país tan
conservador le rinden culto a un dios transgénero, aunque hay miles
de justificaciones para decir que no es así. Cuando uno aplica para
la visa a India y preguntan el sexo la opción transgénero existe,
lo cual dice mucho de este país, lleno de contradicciones, pues la
siguiente pregunta es sobre cuál religión practica el turista que
viaja.
Además,
las figuras de las mujeres son muy sensuales, generalmente se
destacan sus curvas y muestran sus pechos. No podía dejar de pensar
en la siguiente gran contradicción de estar en un lugar sagrado, con
un calor impresionante, cubierta totalmente, porque incluso que una
mujer muestre los hombros en este país puede ser irrespetuoso, no
solo en el templo en cualquier parte. Pero en el lugar sagrado, las
estatuas están descubiertas, mostrando abierta y sensualmente sus
cuerpos.
Luego
de que finalizara el relato del guía nos dimos un tiempo para pasear
por el templo. Aprovechamos para tomarnos fotos y los visitantes locales aprovecharon para tomarse fotos con nosotros.
Ser turista aquí es como ser una celebridad muchas veces.
Finalmente nos tomamos un agua de coco y proseguimos al siguiente
templo: Hoysaleswara
temple, dedicado a Shiva.
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Típica tienda de dulces en donde paramos a pre- desayunar. |
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El gopuram. |
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Una de las figuras femeninas |
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