martes, 9 de julio de 2013

En la Bretaña Francesa

Hacer un viaje a Francia por lo general incluye a la Torre Eiffel, el Louvre, el D’Orsay y los Campos Elíseos.  Si hace unos años me hubieran preguntado sobre posibilidades de viaje a Francia, eso hubiera contestado,  pero este año la oportunidad de ver otra versión de Francia se presentó,  por supuesto no me habían terminado de proponer cuando ya estaba en el avión rumbo a Nantes, Francia.

Según mi diseño humano (otro viaje en el que ando últimamente) tengo un perfil ‘oportunista’, no oportunista de manera negativa, sino que, tengo el ‘regalo’ de que se me vayan presentando oportunidades para hacer lo que quiero.  En este caso, esta era una oportunidad de seguir con lo propuesto para este año, conocer sitios nuevos.  Pero este viaje no solo incluía conocer una parte de la Bretaña francesa, sino que luego con la amiga que me invitó, haríamos ‘road trip’ desde La Baule a San Sebastián Donostia, al norte de España.  El chofer designado, por diversas razones; entre ellas porque soy buen chofer, era yo, así que ahí estaba yo,  conduciendo un SUV por la costa francesa y más adelante cruzando fronteras.

Esta vez aterricé en Nantes, Francia y me recibía una cara amiga, qué gran sensación.  Claro que disfruto la soledad, pero la compañía de los buenos amigos la valoro el triple.  De Nantes viajamos en coche hasta La Baule, una hora más o menos, en donde estaba la casa de la madre de mi amiga. 

Desde la primera noche fui víctima del pan francés, por dios qué delicia, los cangrejos (croissants), el queso, el vino.  Mejor dicho, de los placeres de la vida, que en Francia se los toman muy en serio.
Paseamos alrededor de Pornichet y La Baule.  Estuvimos por las terracitas a la orilla de la playa, esta vez ya el calor empezaba a ser más en serio, aun así no como para nadar.
Atardecer en playita de Saint Nazaire.

Uno de los días cruzamos el puente de Saint Nazaire, visita prácticamente obligatoria.  No sólo cruzamos por encima del estuario del Loira, el río más largo de Francia, sino que pasamos por encima de una obra de la ingeniería impresionante.  Este puente cruza agua, agua y más agua durante 3 356 metros y tiene una altura de 404 metros.

Cruzando el Puente Saint Nazaire
Cuando llegamos al otro lado, fuimos a la base de submarinos de Sant Nazaire.  Esta base fue primordial durante la Segunda Guerra Mundial para los nazis durante la ocupación alemana en Francia.  Hoy en día, esta infraestructura está siendo revitalizada a través de proyectos culturales.

Para finalizar, pasamos por la Playa de ‘Monsieur Hulot’ y como siempre, ahí estaba él, mirando al horizonte.  Este es un personaje de la película del francés Jacques Tati, dirigida y protagonizada por él en 1953.  La película trata sobre las vacaciones del señor Hulot en la playa Saint-Marc-sur-Mer de Sant Nazaire.

La Plage de Monsieur Hulot

El resto de la semana paseamos por la playa, fuimos a más terracitas, disfrutamos del sol francés en casa y por supuesto compartimos con familia y amigos.  Cinco días más tarde salimos en coche hacia San Sebastián Donostia, España.

En la costa de Saint Nazaire


Las casitas de la playa
Una playa en Saint Nazaire.


Base de Submarinos, en estas celdas se guardaban, para arreglarlos, reabastecerlos, etc.
Monsieur Hulot



Monsieur Hulot




Disfrutando del sol







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