Estancia: 1 al 3 de abril
Una de las tardes en Venecia la dediqué
a la Basílica de San Marcos. Está justo en la Plaza San Marcos,
lugar que se inunda dependiendo de las mareas. Por todo lado venden
botas de hule, me debí haber imaginado la razón desde el principio,
hubieran sido de gran ayuda en algunas ocasiones. Para entrar a la
iglesia, hice fila encima de unas plataformas pues el agua ya entraba
al interior del templo. Los días anteriores había pasado por ahí
con la marea baja y no entendía bien el por qué de esas
plataformas; cuando el agua sube, uno se sube encima de las
plataformas, lo cual viene muy bien para no mojarse los pies,
especialmente esos días en que hacía tanto frío.
En la fila descubrí a los vendedores
de rosa, al principio pensé que se trataba del San Valentín
veneciano o algo así. Luego recordé las palabras del mesero la
noche anterior, diciéndome: “...Venecia es una de las ciudades
más románticas”. Así que ahí estaban las rosas, los enamorados
tenían a su alcance un regalo para la ocasión.
|
Vendedor de rosas. |
La Basílica está llena de detalles.
Fue construida como capilla personal de uno de los duques, ahí queda
muy claro la enorme riqueza que pasaba por Venecia, porque ese
tamaño de templo no es para una capilla personal. Brilla, todo
brilla adentro. Los mosaicos están por todas partes, cuadros,
estatuas. Estuve un rato dentro, luego me pasé la tarde en la Plaza
San Marcos, con el agua, los reflejos en el agua y la gente.
|
Haciendo fila sobre plataformas para entrar a la Basílica. Aquí el agua no es tan grave. |
Esa tarde, mi papá me mandó un
whastapp y me pidió una foto del 'puente de los suspiros'.
Hacía unos veinte años que mis papás habían estado por ahí, así
que, a la mañana siguiente, homenajeando aquella petición me fui a
buscar el puente. Por supuesto que la primera idea que tuve sobre
este puente era romántica, me dije, seguro aquí hay una leyenda
sobre unos enamorados y su amor imposible, muy a lo Romeo y Julieta,
o algo así. Sin embargo, la historia no podía ser más opuesta.
Localicé en mi mapa la ubicación, el
puente de los suspiros lo había pasado ya unas cinco veces pues
estaba en mi camino hacia el hostal. Aun no había detectado nada
especial del puente. Rumbo a la visita que iba a hacer al “Palazzo
Ducale” (Palacio del Duque), pasé encima del puente, está justo
al lado, tomé la foto y la envié a mis papás.
Llegué muy temprano al Palacio, creo
que eran las 9 a.m. Por dicha lo hice así, a esa hora no tardé ni
dos minutos en entrar, cuando salí, la fila para entrar se extendía
unos doscientos metros. En Venecia, hay un alto porcentaje de los
visitantes que vienen sólo a pasar el día, éstos, por horarios de
los trenes, autobuses, taxis-lanchas, arriban a entre 10 y 11 a.m.,
no antes, por lo que si uno se está quedando a dormir, vale la pena
levantarse temprano para ir a los museos o sitios históricos y
evitar largas colas.
El Palazzo Ducale fue la residencia de
los duques, sedes del gobierno y prisión de la República de
Venecia. En este sitio uno se entera de la historia de Venecia, su
pasado bélico e imperial y la gran riqueza que los caracterizó al
estar en un lugar tan estratégico: al lado del mar. En su historia
hay miles de particularidades y curiosidades, todas estas se
descubren en el Palazzo.
Sin embargo, lo que más impactó
fueron las prisiones que están en la parte de abajo y al final del
recorrido del Palacio. No sé por qué me sorprende la crueldad de
los seres humanos cada vez que hay alguna muestra de ello, ya sé que
la humanidad tiene su pasado y lo que es peor su presente cruel, pero
es que tenerlo tan cerca fue angustiante.
La prisión está compuesta por celdas
de piedra, espacios muy pequeños, húmedos, con muy poca
iluminación. Incluso hay algunos 'grafitis' de los prisioneros que
pasaron por ahí, muy al estilo de lo posible en aquellas
circunstancias, grabados en las piedras de las prisiones. Cuentan
que cuando la marea subía, las prisiones se inundaban, los
prisioneros entonces pasaban más frío, pero además esas mareas
venían con sus bichos y los prisioneros debían apañarse.
|
Huellas de los prisioneros. |
Al finalizar el recorrido, se avisa que
pronto se pasa por encima del 'puente de los suspiros'. Yo ya tenía
mi foto, entonces no entendía bien por donde íbamos a pasar. Hasta
que de repente, entre las rejas, aparece una pequeña imagen del
puente y al fondo se abre la vista del mar. Cuentan que esta era la
última imagen que los prisioneros veían antes de entrar a las
prisiones luego de ser juzgados y declarados culpables, recorrían
ese camino y ésa era la última imagen de su libertad. Por eso el
'suspiro'.
|
Al fondo 'El puente de los suspiros'. Esta era la última imagen que veían los priosioneros antes de entrar en el área de las celdas. |
|
Al fondo la Plaza San Marcos, vista desde un costado de la Basílica. |
|
Personajes en la Plaza San Marcos. |
|
Fotografías de matrimonio enfrente de la Basílica. |
|
Puertas de las prisiones en el Palazzo Ducale. |
|
Otra puerta de calabozo. |
|
Puente por el que se ve el Puente de los Suspiros. |
|
El vendedor de rosas, a la derecha señora pidiendo limosna, constante imagen en Venecia. |
|
Mucha agua al frente dela Basílica, los reflejos del agua... |
|
Dentro de la Basílica de San Marcos, llegó el agua. |
|
A un costado de la Basílica. |
|
Ahora sí que hacen falta las plataformas para hacer la fila. |
|
Plaza de San Marcos inundada. |
|
Más agua en la Plaza de San Marcos. |
|
La Basílica de San Marcos. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario