lunes, 24 de junio de 2013

De Florencia a Pisa con desvío a La Spezia

(Estos viajes los hice en abril, estoy reescribiendo lo encontrado en mis cuadernos...)

El billete de tren desde Florencia a Pisa cuesta 7,80 euros el trayecto. Los buses anunciados por toda la ciudad, también pueden ser una opción en cuanto al precio, los tiquetes ida y vuelta a Pisa cuestan por lo general 14 euros. Yo escogí el tren, me encanta andar en tren.

Fue un viaje corto de más o menos una hora y llegué a Pisa. Había menos personas por las calles, no había conglomeración, pero el gris oscuro acompañaba el día, la primavera era una fantasía que este año parece no se hizo nunca realidad.

Entrando a la ciudad de Pisa
Atravesé la ciudad casi en línea recta desde donde me dejó el tren. No hay cómo perderse, seguir a los grupitos de gente es una buena opción. Constantemente hay rótulos o material gráfico insistiendo que Pisa no sólo es la torre, hay un gran esfuerzo por movilizar otras posibilidades en Pisa. Yo no me quedé suficiente tiempo para comprobarlo, no me dieron muchas ganas, quizás el gris del día o el poco color de la ciudad, para mí Pisa fue la Torre, pero no de una manera negativa, los monumentos alrededor de la Torre, los jardines, el espacio en sí, valen muchísimo la pena verlos, eso sí, una mañana para mí fue suficiente. Para los amantes de monumentos, edificios, iglesias, estoy segura le encontrarán una variedad más amplia de sabores.


Apareció la Torre de Pisa
Para subir la Torre toca pagar 18 euros, sentí que no valía la pena pagar ese monto para ver el mundo torcido, no me hace falta subirme a una torre para ver el mundo de esa manera. La gente alrededor de la torre sí que vale la pena, son muy graciosos. Todas las fotos son básicamente la misma, sosteniendo la Torre con alguna parte del cuerpo. Juro que si hubiera ido acompañada también tendría esa foto en todas las versiones posibles, es inevitable jugar con la particularidad y posibilidades visuales que ofrece una Torre torcida.

Aparte de la Torre, mi otra cosa favorita fue la estatua de la Loba (Luperca) amamantando a Rómulo y Remo. La leyenda sobre la fundación de Roma habla sobre estos gemelos, quienes fueron abandonados en una cesta en el río por miedo a que su tío abuelo, en aquel entonces en el poder, los asesinara. Al llegar a la orilla, una loba los alimenta, luego tras una serie de hechos logran reivindicarse como los herederos del trono, obviamente entre ellos la ambición por el poder también hará que corra la sangre. En aquel momento no me acordaba de la historia, pero la imagen me hipnotizó, no es la estatua más grande del lugar, pero para mis ojos fue la que más sobresalió, no sé por qué no tomé una mejor foto.

Estatua a Lupera
Una vez visto lo visto, me regresé en poco tiempo a la estación de tren. Ese día tenía ganas de ser más que turista. No estaba lista para volver a Florencia, así que en la estación me compré un billete a La Spezia, un pueblo costero que es el lugar de paso obligatorio para quienes visitan Le cinque terre. Ver el mar era la mejor manera de pasar el resto del día.

Pero hacía un día muy gris, lluvioso y frío. Aun así, tomé el tren, esta vez si que me tardé poco más de una hora en llegar a mi destino. Llegué a la estación y estaba tan en calma, tan en silencio, que temí haberme equivocado. Es viernes santo, 'a lo mejor aquí se lo toman muy en serio', pienso. Camino sobre una calle que parece ser principal, aun no tengo mapa, pero intuyo llegaré al mar o a alguien que me indique la ruta. Bajo (o por lo menos deseo estar bajando al mar) en medio de edificios antiguos a cada lado, la calle es peatonal. A mis espaldas dejo un paisaje montañoso, muy verde, que con la neblina y la lluvia me da la sensación de una ciudad en medio de la selva. Al frente veo volar una gaviota, allá quedará el mar intuyo.

Todo está tan tranquilo que deseo por un segundo haber escogido hotel aquí y no en Florencia. Encuentro finalmente un mapa e inmediatamente el mar. Decenas de barquitos de pescadores, alineados a lo largo de la costa. Me voy a un puerto, me dicen que la pasaré bien. Pero era un desierto, no se compartía oxígeno prácticamente con nadie. Me encontré con una marina, con yates de todo el mundo, algunos en proceso de limpieza para arrancar su próximo viaje. Camino más y más en medio de los yates, con el mar a cada lado, pero quería tenerlo de frente, hasta que ahí estaba, se acabó la calle y lo único que seguía era el mar.
El mar y los pescadores en La Spezia.

La Spezia seguía nublada, el mar en calma, me lo respiré y luego caminé por la ciudad. En el centro me tomé el café más barato y delicioso que pagué en toda Italia, además fue de las pocas veces en que me hablaron en italiano y no en inglés. “No puedo conectarme a Internet en ningún sitio, parece que aquí nadie lo necesita”, escribí en mi cuaderno.

Mar.


Entrada a Pisa.

Pisa.

Ya en medio de la ciudad de Pisa.

La Torre!



El mundo visto desde la Torre.

La Torre y yo.

Sosteniendo la Torre para la foto.



Vistas de la ciudad de Pisa.

En Pisa.

Italia a fondo, de camino a La Spezia.

Parque justo al lado del mar en La Spezia.

A mis espaldas el mar, al frente la montaña. La Spezia.



La Spezia.

La Spezia.



La Spezia.

La Spezia.

Mercadito en la Spezia.

La Spezia.

La Spezia.

La Spezia.

La Spezia.

La Spezia.

La Spezia.



1 comentario:

  1. Hola con mi esposo viajamos en 15 dias en crucero y como no nos confirmaron una excursion que contratamos por shore2shore,. Queriamos ver de hacerlo por nuestra cuenta. Pero si no te entendí mal en tren tenemos 2 horas de viaje? queriamos ir a Pisa y Florencia pero no se si nos daran los tiempos. ¿el mismo tren para en ambas ciudades ? Gracias. Patricia de Argentina



    ResponderEliminar