martes, 19 de febrero de 2013

Fuego en Gràcia!

Cuando la gente de aquí habla de Gràcia, siempre se refieren a ese barrio como un lugar particular, como si no calzara dentro de la vida de ciudad que se tiene en Barcelona.  Lo normal es referirse a Gràcia como un ‘barrio muy barrio’, en donde la gente que vive ahí tiene sus particularidades y sobretodo mantienen vivas muchas de sus tradiciones, lo cual es una hazaña de lograr en un lugar que está dentro de la ciudad.

Iglesia de Sant Joan
Ya había caminado alguna vez por ahí y de verdad tiene un encanto especial, se siente una protección distinta y entran unas ganas impresionantes de conocer cada rincón con la final ansia de soñar con alguna vez alquilar un piso ahí.  Sin embargo, aun no había tenido contacto con la gente de ese barrio, así que hace un par de semanas me fui a una fiesta de foguerones en la Plaza de la Virreina en Gràcia.

Esta fiesta se realiza desde hace más de veinte años.  Estas son una emulación de las fiestas de Sant Antoni de Sa Pobla, patrón los animales cuyo origen reside en Mallorca.  Las primeras fiestas fueron realizadas por familias  de mallorquines en Gràcia, por lo que se incluyen tradiciones de las islas baleares, la actividad fue creciendo con el tiempo y ahora son numerosos los participantes, tanto mallorquines como catalanes; y costarricenses!.

Algunos aprovecharon para su propaganda.
Pero así no fue como descubrí esta fiesta.  Conforme avanzan mis días en Barcelona voy conociendo más gente de aquí, lo cual es maravilloso porque me van dando pistas de lugares o festividades para ver, es como tener ‘gargantas profundas’ con información de lo ‘verdadero’ que pasa aquí.  A esta fiesta de foguerones llegué porque un amigo me comentó que era un casteller, dícese de la persona que hace castells,  y me comentó que el sábado siguiente harían castells en Gràcia, que habrían foguerones, una especie de fogatas, venta de comidas tradicionales, etc.

Me llamó mucho la atención, nunca había visto los castells en vivo y esta era mi oportunidad.  Los castells son torres humanas de decenas de personas, se van colocando en pisos y van elevando las torres. Aunque no me prometía que habrían castells muy altos, pues esos se reservan para el verano, vería en vivo esta tradición catalana. Yo por supuesto, sin que me tuviera que convencer al respecto,  ya estaba lista para la actividad

El sábado siguiente por la noche, conecté mi GPS del móvil y me fui en búsqueda de  la Plaza de la Virreina, en donde se concentrarían las actividades.  Caminando por las calles de este barrio quedé más convencida de que este barrio es de los más bonitos de Barcelona, allí se concentra el ambiente bohemio de la ciudad, las calles son estrechas, hay bares y restaurantes por todas partes, además cada tanto hay una placita con mesas para tomarse las cañas al aire libre (me imagino que en verano yo aprovecharé esto, ahora no se me antoja ni un poquito, hace mucho frío).

Mientras recorría el barrio,  me encontré con otras plazas llenas de gente y con foguerones encendidos.  Todo indicaba que habría más que castells esa noche.  Y así fue, me instalé en la Plaza de la Virreina.  La iglesia de Sant Joan estaba al fondo, a un costado unas mesitas llenas de gente tomándose unas copitas, más y más personas iban llenando la Plaza, todos con actitud expectante, esperando encender el foguerón que estaba justo al frente de la iglesia.

La Plaza de la Virreina
Ya casi a las 9 p.m. la Plaza estaba llena, ya no cabíamos más, yo estaba a un costado con visión al fondo de la calle, por donde vendría el grupo de castellers, según yo.  Pero para mi sorpresa lo primero que se asomó fue una agrupación de música y un par de muñecos gigantes: un señor gigante y una señora giganta.  Los niños gritaban y lloraban, pensaban que ya venían los diablos, pero esos vinieron un rato después.  Una vez que este grupo llegó se encendió el enorme foguerón.

Se encendió el foguerón



Y así arrancó una fiesta que se alargó hasta la madrugada.  La dinámica de la actividad era que cada cierto tiempo entraba un grupo artístico distinto a hacer una presentación.  Los primeros fueron los músicos acompañados por los muñecos gigantes.  Luego entró un grupo de bailarines de una danza tradicional catalana.  Utilizaban unos tronquitos que en una coreografía muy detallada iban golpeando. 


El castell




En medio de esto entraron los castellers.  Yo creo que podían ser doscientos castellers, no estoy exagerando.  La base de la torre humana debe ser muy fuerte y es donde más se concentran las personas participantes.  Poco a poco van subiendo y subiendo, hasta que la cúspide la domina algún niño o niña casteller.  Esto hay que verlo en cuerpo presente, las fotos no explican nada al respecto.



Los diablos
Finalmente el tercer tipo de grupo era el de los diablos, dragones y fuego.  Estos venían disfrazados con máscaras de diablos y llevaban mucha pirotecnia, el fuego del foguerón era nada en comparación a lo que hacían esos diablos.  Los diablos llegaban, se ponían en el centro de la Plaza, eran por lo menos 30 o 50 por agrupación,  tenían unas antorchas que encendían en grupo y empezaban a salir millones de chispas, la gente en la Plaza corría hacia afuera huyendo dejando el centro libre.  Los niños gritaban, bueno los adultos también gritábamos la verdad, en algunos casos entraba un dragón que también tiraba chispas.  Era impresionante el fuego que se alzaba en medio de la Plaza.

Durante la fiesta fui descubriendo la diversidad de personas que conformaban los grupos artísticos, parecían miembros de familias enteras porque habían de todas las edades.  Además, los espectadores también proveníamos de una amplia gama de edades y geografías.  Esto de las tradiciones en Gràcia las viven todos, desde los niños, los jóvenes los adultos y los muy adultos.

La gente bailando sardanyas en la plaza

Al final de la noche hubo baile de sardanyas, otro baile tradicional.  Yo estaba sentada en un poyo de la Plaza con señoras como de setenta años y bueno, yo no puedo explicar la reacción de estas señoras cuando empezó la música y la gente empezó a bailar en la Plaza, se lanzaron cual quinceañeras a la pista de baile.  Pero detrás de ellas iba un grupo de jóvenes que podían ser sus nietos a bailar también.

La pista al centro de la Plaza era una mezcla de gente de todas las edades, improvisando con la sardanya. Quizás no había perfección en los movimientos de todos los que estaban ahí bailando, pero pasión sí que había.  Yo me fui a eso de la 1 a.m., ya tenía mucho frío, pero al partir, la Plaza seguía llena, la gente no paraba de bailar al calor de los foguerones. 





Foguerones en otra plaza


Plaza de la Virreina


Idem

El foguerón antes de que lo encendieran



Músico



La giganta

La cabeza del diablo


Baile tradicional

Empieza castell



Va el primer piso



Listos para recibir el segundo piso

Listo el segundo y el tercero 



Más pisos







Va una niña hacia la cúspide



idem

idem



Final.  Ahora empezarán a bajar.



La luna en la Plaza.


Los diablos se reúnen en el centro.

Encienden sus antorchas

A correr!




Los diablos venían acompañados por sus bandas


idem







Un dragón.













Saliendo de Gràcia.  Hubo una movilización ese mismo día porque les quitaron un Casal, que será como una Casa de la Cultura.





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