domingo, 2 de diciembre de 2012

La Sagrada Familia en el barrio


Mi primera vista a la Sagrada Familia.  2005
Hace 7 años estuve por primera vez, y por el momento la única, de visita en la Sagrada Familia.  Aquella vez estrenaba mis 25 años, estaba por trabajo en España y cada día libre lo aprovechaba para ser una “guiri” (turista) más del montón.  Recuerdo que cuando vi este edificio me uní al resto en la fila doblándome el cuello, es inevitable doblarse el cuello para que la vista alcance hasta el último cucurucho que hay en la Sagrada Familia.

Aquella vez hice una visita rápida, subí, bajé, tomé fotos, lo básico del turista.  Pero casi no la observé por fuera. Como era guiri, tenía que irme rápido al siguiente punto turístico, a lo mejor el Parc Güell o un museo, no me acuerdo del itinerario de ese día.

Dentro de una de las torres. 2005.
Nunca me imaginé la posibilidad de que un día desde mi casa podría tener a la vista la Sagrada Familia, es algo que ni siquiera me planteé.  Es más, hace 7 años mientras subía alguna de las torres a lo mejor vi la ventana de mi casa de hoy.  La Sagrada Familia es la gran joya de mi barrio.

Desde arriba 2005.
Cuando escogí este barrio no me imaginé la locura en la que se convertiría cada salida de casa, pero es así, no más caminar 100 mts. hacia el metro para que lo revuelque a una la ola de gente que siempre está ahí, sin importar la hora o el día, detenidas, deseando tener el cuello de una avestruz o una jirafa, para no sentir que se les rompe el suyo, mirando a esa giganta que está en medio de los edificios de este barrio y por supuesto tomando fotografías con cualquier dispositivo que tengan.

Turistas admirando la Sagrada Familia 2012.
Es inevitable, no se puede intentar lo contrario, hay que mirar hacia arriba.  Yo ya habré pasado por ahí casi unas 50 veces y no lo puedo evitar. A veces voy tarde a algún lugar y me veo ahí en fila con el montón de gente.   Es como un imán, hay que doblar el cuello.  Las imágenes que pueden recibir los ojos son infinitas, cada esquinita, cada escultura, cada curva, cada línea, siempre hay algo nuevo que ver.

Vecinos molestos: "Basta de humo y ruido", "Fuera Bus Turístico"
Pero, como ninguna historia es sólo felicidad, debo agregar que aunque este punto turístico debe traer mucho desarrollo a este barrio, hay algunos vecinos muy enojados.  El ruido, el humo, el bus turístico, no les permite tener una vida normal.  Esa parte también la entiendo, me imagino que para quien vive tan cerca y necesita tener una vida normal puede ser abrumador tener a tanta gente de visita. 

El otro día pasé como a las 5 de la tarde, me encontré con unos hombres bailando torpemente, cantando, a veces gritaban, todo esto en plena acera,  yo me asusté, no entendía bien qué pasaba, algunas señoras con sus coches e hijos cambiaron su rumbo para no pasar por ahí.  Me quedé observando y descubrí a estos hombres, rubios que hablaban otro idioma que no era el español ni el catalán, evidentemente unos turistas, pasados de tragos,  que tenían su propio “wild on” en una terraza diagonal a la Sagrada Familia. 

Grúas. 2012.
Estas escenas de pronto empiezan a ser parte del paisaje en este barrio, y la regularidad de las mismas, sumadas a los buses, a no poder caminar por la acera porque hay filas de gente mirando hacia arriba, puede llegar a ser irritante.  Además los ruidos de la construcción a veces empiezan muy temprano en la mañana y hay un radio de edificios, incluido el mío, que somos atacados por el escándalo. 

Dicen que pronto estará terminada, ya llevan 130 años en esto,  la página informativa indica que en el primer tercio del siglo XXI.  Quizás en ese momento mejore un poco la situación para esos vecinos enojados, a partir de ese día no habrá más ruidos de construcción. 

Espero que mis vecinos no se enteren de esto que voy a decir a continuación, pero yo no creo que terminen pronto los trabajos, para mí Sísifo o Penélope han hechizado a los encargados de la construcción,  a lo mejor construyen y “deconstruyen” sin que nadie los descubra.  La Sagrada Familia es un edificio que está encantado, hechiza a quienes pasan por ahí y los obliga a levantar su vista, algunos incluso sacan algún dispositivo y congelan ese instante, la Sagrada Familia es protagonista de una historia sin fin...

Foto tomada con el cuello doblado. 2012.
Ante todo esto, debo confesar que disfruto mucho este ambiente.  Me encanta ver a la gente detenerse, detenerme yo, sorprenderme todos los días de algo nuevo, hasta el dolor en el cuello lo disfruto.  Ya volveré a entrar, un día que no haya tantas personas haciendo fila en la entrada, constataré si ha habido avances desde mi primera visita, pero mientras eso ocurre seguiré doblando mi cuello para mirar hacia arriba y así descubrir  más de los detalles que visten a esta giganta.

Les dejo las fotos.

Basta con acercarse a la estación del metro para encontrar la ola de gente admirando la Sagrada Familia.
Turista que toma foto con su celular.

Inevitable alzar la vista hacia la Sagrada Familia

Hay que tomar fotos.

No importa el ángulo de donde se esté, ahí está la Sagrada Familia.



Disculpe, me toma una foto.

Todos le toman foto o se detienen a admirarla.

Le tomo una foto!

Al otro lado de la calle como si no pasara nada.

Sigue ahí...

Miro hacia arriba, de paso el cielo azul...

Cuello arriba.

El beso cubierto.



Cuidado con el peso del lente.

Turistas del otro lado de la calle que se detienen.

Foto.



Con el Ipad quedará mejor.




Con mapa en mano, retomando itinerario.



Turistas resituándose.

Fotos.

Los vecinos.

El bus turístico.


Admirándola.


"Queremos vivir en paz"






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