sábado, 17 de noviembre de 2012

14N-15N


14 N en España y Europa, 15N en Costa Rica.  Si me pusiera a contar en cuántos países más sus respectivos ciudadanos están en descontento con la estructura que les gobierna creo que la lista sería larga.  Parece que la crisis es mundial, una gran crisis política en donde las formas de gobierno que tradicionalmente hemos tenido al parecer no logran satisfacer a una importante sección de la población.

A los pocos días de llegar a España quedé impactada con unas imágenes en los noticieros, policías golpeando de manera muy violenta a los manifestantes en Madrid.  Yo sabía que aquí la cosa estaba fea, pero ese día se me estrujó el corazón.

Han pasado las semanas y la crisis en España sigue igual.  Cada día en los noticieros se anuncia cuántos desempleados más hay.  Cada día oigo a más gente en el metro que cuando hablan de la palabra “trabajo” sonríen o lanzan una carcajada irónica, como si trabajar fuera una broma.  Hace unos días en un noticiero contaban cómo unos policías solicitaron permiso para no trabajar durante los desahucios, emocionalmente no podían más con ello.

Ante esta situación se organizó la Huelga General del 14N.  A pesar de cierto escepticismo de los efectos que podría tener esta manifestación, salí a verla, convencida por alguien que me dijo: “aunque no pase nada, aunque el gobierno no haga cambios, es importante un espacio de estos, en donde miles de personas (en Barcelona un millón) encuentran a otros iguales y pueden mostrar su descontento.  Además hay que expresar la queja, hay que decir cuando no se está de acuerdo con algo.”  Pues sí, que quede en actas, hay más de un millón de personas en esta ciudad que está en desacuerdo.

Me motivé más para asistir al enterarme que del otro lado del mar el 15N en San José se haría algo parecido, la cosa también se está poniendo fea (tampoco es que estuviera bonita cuando me vine para acá…).  Así que mi presencia en el 14N fue también un acto simbólico al no poder estar físicamente en San José durante el 15N.

Paseo de Gracia
Me sentía como toda una herediana caminando por “media calle”, pero no en Mercedes Norte, sino en el Paseo de Gracia.  Había familias, estudiantes, parejas, grupos de los radicales y de los no tan radicales.  En fin, se respiraba un ambiente de fuerte reclamo, pero sobretodo se notaba que ese millón de personas gritaban al unísono no estar de acuerdo, reclamaban al unísono sus derechos.


Mientras caminaba en medio de la multitud me encontré con un grupo de adultos mayores: “los iaioflautas” (yayoflautas).  Esta es una agrupación de jubilados que se ha extendido por varias ciudades de España en defensa de los derechos, en su manifiesto hablan de cómo su generación luchó por una democracia y derechos para las futuras generaciones y que ahora que lo ven en peligro luchan por una justicia social.   Les empezaron a decir “iaioflautas” de manera despectiva, aquí les dicen “perroflautas” de manera despectiva también a personas que son radicales con sus reclamos y un poco con su aparencia en las manifestaciones callejeras, casi siempre con tendencias de izquierda...  “Iaio” es yayo, así se llaman a los abuelos y abuelas aquí.  Pues algo que empezó como un insulto les quedó al pelo y ahora ellos son la agrupación de los “iaioflautas”.

Seguí el recorrido, hasta que ya moverse era casi imposible.  Un millón de personas. En mi cerebro ese número de cabezas no cabe y eso le para a una los pelos.  A las 6 p.m. ya no cabía ni un alfiler por esas calles.  Alguien en alguna tarima iba anunciando cuántas más personas estaban conglomeradas en otras partes de España.  Más tarde en mi casa me enteré que Italia, Grecia y Portugal también estaban con las calles llenas de ciudadanos manifestándose.

Por supuesto que con esa cantidad de personas en la calle alguna tensión se revienta.  Ya cuando veníamos de vuelta a casa empezaron a sonar las sirenas y algunos coches de policía cruzaban las calles a gran velocidad.  Conforme se fue dispersando la gente se empezaron a revelar ante mis ojos cientos y cientos de policías antimotines.  Estaban por todas partes, en cada esquina, y por supuesto con todos sus accesorios.  Esas pistolas de balas de goma he de confesar que me paran un poquito la respiración, parecen bazookas. 

“Porque vivimos en una democracia” respondía una abuela a su nieto mientras caminaban en medio de los manifestantes, se podrán imaginar la pregunta.  Irónicamente, la siguiente imagen después de esta fue la de una fila inmensa de policías que bloqueaban la calle, a unos cuantos metros una manifestación “alternativa”.   A un costado y ocultándose de los policías iban algunos manifestantes con sus caras tapadas, caminando rápido.  Sonaron algunos petardos…Lo demás lo vi por televisión en casa.

Al fondo las luces blancoazuladas son las patrullas
Lastimosamente los medios de comunicación ese día centraron gran parte de su información en esos instantes de violencia.  No justifico para nada estos actos, me parece muy grave que algunos ciudadanos inciten a esto.  Pero me parece más grave que los medios de comunicación alimenten el morbo ante estos actos dándoles más cobertura y se olviden y hagan olvidar,  que horas antes había un millón de personas que reclamaban sus derechos de manera pacífica.

Al día siguiente, descubrí algunas notas de periódicos en las que un jefe de policía daba una explicación muy en contradicción a lo que se veía en un video en youtube. Luego descubrí que del otro lado del mar una funcionaria elegida por el pueblo también declara lo contrario de lo que claramente revela un video.  El gobierno aquí habló del fracaso de la huelga y ante todo dice que no cambiará lo planificado.  Del otro lado del mar el gobierno tampoco cambia a pesar de los reclamos.  Soberbia política escribió un periodista del otro lado del mar.  Aquí los ciudadanos reclaman que no se ha cumplido el plan presentado durante las elecciones.  Del otro lado del mar la “mano peluda” (escribió un bloggero) remueve funcionarios que se han encargado de manera ética de sostener al país.  Aquí la gente está molesta, indignada, frustrada y ya no sabe a que santo atenerse.  Del otro lado del mar la gente está molesta, indignada, frustrada y tampoco sabe a que santo atenerse.

Ante el panorama intento esperanzarme, alguna vez me enseñaron que la crisis lleva a la transformación, yo sólo espero que esta crisis pase pronto y deje menos heridas de las que ya lleva hechas. La gente necesita oxígeno pronto, no se puede vivir mientras le agarran a uno por el cuello.

Grafiti en la ventana de un banco

Tienda cerrada por la Huelga

"Paren los recortes, los deshaucios. 14 N Huelga General.  Un Derecho y un deber".



Rótulo pegado en un banco (en el que la gente se sienta), en la calle.


Iaioflautas




Carros de antimotines en fila


"No recorten la cultura"



Empieza a llenarse



"La cultura no es un lujo"




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